sábado, 15 de agosto de 2015

Capítulo XXVI: Un nuevo Pablo de Tarso surgirá

Pablo de Tarso generó una prédica que promulgaba la Salvación más allá de las doce tribus de Israel. De manera que sus ideas calaron en el Imperio romano, al transformar al Mesías netamente judío en el Redentor Universal. Asegurando que Dios le había revelado una nueva vía hacia la salvación. De forma que ya no sería necesario cumplir la rígida Ley judía, sino la nueva norma espiritual anunciada por Cristo, fundamentada en el amor. Tampoco los varones tendrían que pasar por la traumática circuncisión física, suplida ahora  por la circuncisión espiritual. Debiendo, como acto de fe, aceptar que Jesús sacrificó su vida en pro de borrar los pecados de la humanidad. Siendo el bautismo el comienzo del viaje iniciático de esta teología de la promesa. Pues mueres con Cristo al sumergirte en el agua y resucitas con Cristo al salir de ella.

Las ideas de Pablo serán repensadas posteriormente por sus seguidores, erigiéndose en la rama predominante del cristianismo. Con el edicto de Milán, promulgado por Constantino en el 313, se declara lícito al cristianismo. Reconocida como religión oficial del Imperio por Teodosio en el 380. Derivando en obligadas conversiones en masa y en una degradación de la jerarquía eclesial. Conllevando a lo largo del tiempo la irrupción de distintas voces que clamarán por el retorno a la pureza inicial. (Leer más

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