lunes, 10 de agosto de 2015

Capítulo XXV: María la Judía

Se acerca la Nueva Era, la Tercera Gran Reforma es inminente, la Edad del Espíritu Santo ya viene. Y tú María desempeñarás un papel primordial, por ser la encargada de concretar la Gran Obra con tierra hispánica. Anunciando a la sociedad el paso a otra etapa. El error cometido en los inicios por Sabiduría será enmendado. Liberando al espíritu de la materia, con el fin de retornar a la fuente primigenia. Y ha de ser una mujer la que defienda nuestros postulados.

Porque ella fue siempre la más dotada para rozar la plenitud mística. La discípula perfecta. Debiendo reivindicar su papel en la Historia de la Creación, al mismo nivel que el del hombre. Ya que la aptitud para transmitir el anuncio espiritual no depende de haber nacido hombre o mujer, sino de la comprensión del mismo. Por tanto, el relegar a estas últimas a un segundo plano dentro de la cristiandad, únicamente responde a la concepción cultural de los que reinterpretaron posteriormente el legado religioso. Eliminándola plenamente de los círculos de poder a partir del siglo IV.

Inventando la Gran Iglesia que María Magdalena era una prostituta, en concreto, Gregorio I en el siglo VI. Pues la prostitución es el pecado más atroz durante siglos lanzado contra una mujer. Si bien, la Iglesia en 1969 asumió su equivocación. Y es a través de este pensamiento, abonado durante siglos en la sociedad, como se puede entender la hipócrita posición que se mantiene ante la calificada como la profesión más antigua del mundo. (Leer más

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