martes, 16 de agosto de 2016

Villabanda, ¿un caso aislado?

Mientras preparaba el café matutino escuché el estruendoso ruido de la vieja bicicleta del repartidor. Así que, después de dejarlo al fuego, salí para recoger del buzón nuestro ejemplar del periódico local. Yo prefería leerlo en Internet y pagar sólo por aquellas noticias que me interesasen; sin embargo, mi padre no se acostumbraba a las nuevas tecnologías. Cuando regresé a la cocina él ya estaba allí, esperándome para desayunar. Serví el café, las tostadas, la mermelada y la mantequilla, como a él le gustaba. Siempre había sido un hombre de rígidas costumbres y desde que murió mi madre más. (Leer más

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