lunes, 28 de diciembre de 2009

Capítulo XXVIII: El país de los ciegos

Aquel libro me tenía atrapado entre sus páginas, resultándome imposible abandonar su lectura. A medida que me deslizaba por sus múltiples palabras, más se agudizaba mi parte consciente. Expectante ante el hiriente lamento que rezumaban sus hojas. Capítulos que narraban la historia de España y su eterna pugna entre luces y sombras. Pasajes que jamás debiéramos olvidar, en pro de no repetir nuevamente idénticos errores. Donde nuestro Estado tuvo grandes dificultades para implementar plenamente los aires liberales de la Ilustración. Principalmente a causa de nuestra débil burguesía, que allí donde sí arraigó terminó derivando en la irrupción de los nacionalismos y regionalismos, a consecuencia de la falta de entendimiento entre las regiones periféricas y la Administración central. Como así aconteció en Cataluña o en el País Vasco. Empresariado que hoy, después de un gran auge, merma en número y lazos de unión. Tornándose inconcebible que actualmente desde las Cortes se pretenda dictar a la patronal como regir sus órganos internos. Que se ataque, al parecer, impunemente a sus miembros y los demás callen. Mientras los distintos sectores tampoco nada comentan al respecto, al objeto de no importunar. Qué como dice aquella popular frase: “el que se mueve no sale en la foto”. Tristes Pensamientos esbozados por Francisco y que me recordaban a la metafórica proclama del célebre escritor H. G. Wells, planteada en su mítica novela: “El país de los ciegos”. (Leer más)

1 comentario:

  1. No me puedo explicar por qué no nos damos cuenta que la democracia es tal sólo en el nombre, pero que en realidad detrás de todos los gobiernos están los grupos económicos de poder y ellos son los que hacen las leyes a su medida. Igual los candidatos no son personas que estén pensando en la masa poblacional sinoen su beneficio propio y después el resto. Creo que la única forma de cambiar esto es que los mejores muchachos universitarios de los últimos años hagan prácticas en los diferentes niveles del gobierno y a apartir de allí hagan sus tesis para mejorarlo e irlo perfeccionando. ya sabemos que cuando uno es joven tiene grandes ideales y la fuerzas suficientes (y las manos limpias) para llevarlos a cabo. Un abrazo. Me quedo en tu blog.

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